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Número 56

Poemas / Rolando Revagliatti

Poemas de Revagliatti

Poemas / Rolando Revagliatti

Ripio (inéditos)

Vos siempre leyéndome tus poesías

Yo siempre oyéndote oírte
leyéndome tus poesías.

**

Esa plasmación
de una irradiación:

el poema.

**

Es en lugar de curar de espanto
que la poesía

espanta de cura.

**

Me asesinó la frase
los asesinos estaban siendo asesinados.

*



A Víctor Jara

¿Qué mal me sabes
o qué mal me sales

canto?

¿Qué bien me canto?

¿Y qué metas
canto
hará brotar?

A Violeta Parra

La vieron pasar
dejaron que pasara
y aunque siempre estuvo allí
y múltiple
e infinitamente con mayor arraigo
de lo que ustedes estuvieron
-¿qué hacer con el caudal?-
se fruncieron demasiado
No se accede estreñidos a la irrupción descomedida
en su belleza de lo vertiginoso

Más tarde toparon con su gravitación
y ahora les gravita con remordimiento
Si hay alguien que no dejará de estar
hasta para ustedes
será ella.



A Ronald D. Laing

No dispongas de mi cuerpo
más veces de las que yo dispongo del tuyo
¡Júrame que lo intentarás!
¡Hazlo!

ordenó uno de sus personajes masculinos

Y tú no le cuerpees a mi disponibilidad
más veces de las que yo le cuerpeo a la tuya

en una fraseología especular le retrucó
otro personaje -éste femenino-
del mismo psiquiatra y escritor

Y añadió:

¡Hazlo!
¡Intenta jurármelo!



A Alejandra Pizarnik

También están –sondeo en el espejo- las ataduras

los objetos infinitesimales
albergados en la disonancia

los influjos lerdos atisbando

ralos

lo que aún crece.



A Walt Whitman

Concluida hoy mi tercera incursión exhaustiva
en tus “Hojas de Hierba” completas
devuelvo a su estante de poetas estadounidenses
el volumen de la Editorial Novaro México
adquirido por mí en 1964

Imaginarás
qué aportó a este antiguo lector y adherente
el renovado contacto con el antiguo ejemplar
y qué a tu obra
mis cuarenta años más por libros, amores, paisajes

y desesperanza.



Adelante

No

hace tiempo atrás

sino adelante:

hace tiempo adelante:

un poeta.



Inquiriendo

¿Qué tiene usted para decir
del muslo de esa rubia en la fotografía
que antecede a su poema publicado
en un blog de la Internet?

¿Qué tiene usted, en tanto autor, para opinar
(y no me lo imagino cuestionándolo)
sobre el muslo de esa rubia
desnuda en la fotografía
que orienta
o conduce hacia su poema publicado bilingüe
(castellano-armenio)
en un blog que se ofrece desde España
como revista de cultura?

El muslo ése
allí de una rubia
impuesta por el director de la revista
¿lo incita como a mí
lo compele al intento aprehensivo
de trasladar a la desnuda
con muslo y rubiedad
a otro poema?



Buena salud

Matando muertos
matando muertos que gozan
realízome
personaje
de una novela
inmortal.



¿Sirve la poesía en el tercer milenio?

¿Más en el tercer milenio
que en el segundo
que en el primero?

¿Sirvió en el primero?
¿Y en el segundo?

¿Sirvió a principios o a fines?
¿A proyecciones o a introyecciones?

¿Dudan de que no sirviera
menos que la contabilidad
que la gastroenterología
que la compulsión coleccionista?

¿Los entristece que, acaso
más haya servido comer y dormir?
¿Los fastidia que difiera en su alcance
respecto de la cuentística y el articulismo?

En servidumbre
la que más sirve al Amo
es la mera versificación

Milenio más o menos
nunca sirvió la poesía
para servirse tibiona
y abundante.



Si…

A Rudyard Kipling

Si puedes desacomodarte y no instalar, sin afán capcioso, cosas tales como
Sintió la brisa suave
Mi humilde pero sincero homenaje
Suprema instancia
Los caminos de la Patria
Las semillas de la Libertad;

Si puedes desajustarte y no verter, sin guiño literario
La dulce caricia o El dulce mirar
Su generosidad sin límites
Se rompió en mil pedazos
Una noche oscura y cerrada o Un día luminoso y abierto o Noches consteladas de estrellas o
/Noches melancólicas y tristes;

Si puedes desacatarte y no asentar sin, por lo menos, sorna
Un día de crudo invierno
Desgranando días
Una sombra fugaz
El murmullo de los pájaros;

Si puedes insurreccionarte cuando te acometa la viscosidad de redactar
Han manchado con sangre tu hospitalario suelo
Sus ojos color verde mar o El mar tapizado de olas;

Si eres capaz de interceptarte y sacarte del juego cuando no atines más que a
Un perverso juego o Jugar con mis ilusiones o Alimentar mis ilusiones o Mustia mi alma o
/Transportó mi espíritu o Tu espíritu fogoso;

Si puedes desestimar, oponiéndote al torrente demencial de la resaca, no siempre solemne, pero
/sí infecciosa de
El paisaje pleno de vida y encanto o Asomarte a la vida o El milagro de la vida
y aún alcanzado por tu flaqueza, repudiar
Ver brillar el sol y El sol broncea mi piel
Algarabías juveniles y Cegados por la ambición;

Si puedes encabritarte y no atiborrar con
Palabras que se agolpan en mi interior
Mensajes de Paz que llenan el aire o Lleno de esperanzas o Llenará con alegría o Llenando
/de emoción;

Si eres capaz, a costa de tu desasosiego, de renunciar definitivamente a
Tu profundo amor y Caer en sus redes
La raíz de todos los males y Prodigar sonrisas;

Si puedes abstenerte del
Sembrador de sueños
Del hielo de la soledad
y así subvertirte y no dotar a tus textos del
Por qué tan cruel es el destino;

Si nadie, ni enemigos ni amantes amigos, logran incitarte a
Estallar en miríadas de capullos vírgenes;

Si puedes, espulgándote de linajes parasitarios, abolir
Dispuesto a darte esa fiel mano o En tu piel rosada;

Si puedes acometerte con fiereza y desterrar de tu escritura indefensa
Se callen sentimientos
Se enmudezcan las voces;

Si eres capaz de rebuscar en tí la imprescindible disconformidad y ni por pasteles te avienes a
Palpitar en el ritmo de su corazón o Compartir tus íntimos deseos:

¡Tuya será la poesía y cuanto ella revele y –lo que vale más- serás, acaso, un poeta, hijo mío!



Resérvase

El buen poema
no es bueno:

te asoma
al abismo

El buen poema
-sabemos-
no te da
del todo
lo que él tiene

El poema
reserva para futuras incursiones
su interminabilidad.



Me garcó

Me garcó
el poeta
invitado a leer
sus inéditos
textos en mi Ciclo
“El Parnaso de Balvanera”

En vano esperé
el cumplimiento en tiempo y forma
de su telefónico
contraído compromiso

Y así, defeccionando sin avisar
no contamos esa noche
con su voz

Ni un e-mail
en los días subsiguientes
envió alegando
una siempre oportuna
o inoportuna indisposición
orgánica o anímica
o bien
de algún rango fácilmente
admisible

Me garcó

en prosa

el poeta.



Asaltante

Robar un Banco
es una experiencia poética

Y aunque te atrapen
o sólo te frustren
implica una incursión en la experiencia
fallida en sus versos finales
el dichoso remate
o botín

El asaltante de Bancos
como todo poeta
infiere en acto su cosmovisión
trasfunde el paisaje
crea el asalto

Allí donde establecidos
violan los banqueros
los banqueros
son violados

Adviene el simulacro
de un rayo de equidad en la venganza
cuando prodúcese el asalto
Arriba una repentina justicia
reparadora en el inconsciente social
Subvierte
& consuela
Finge
“la violencia de abajo”

Cuanto más preciso y económico
el asalto a un Banco
cuanto más sutil
más honda irradiación:
mejor humilla a los amos
del dinero y de todo:
los perversos prosaicos

Para el asaltante
-el Poeta de Bancos-
su consagración
es la impunidad.



Espacios destinados

Los ancianos, los que lo albergan todo
con sabiduría o sin ella
merecen su rinconcito:
el rinconcito de los jubilados
(dentro de un programa radial de varias horas
en un magazín televisivo
en una revista o periódico de gran o ínfimo
tiraje)

La poesía también lo merece:
que en algún estante de cualquier librería
al fondo de la librería
abajo y en un ángulo
hallemos allí a la poesía:
donde se lo merece:
su rinconcito.



¿Y… cómo anda la poesía?

La poesía anda como la astrofísica
la buñuelística
la amparología

La poesía anda como el cuatrerismo
como las especializaciones en sensaciones
como las antípodas

La poesía anda como la Luna de Valencia
y es la valencia de esa luna
perfectible

la poesía

La poesía anda como la mona:
así que, por supuesto:
¡seguid a la mona!



Armé

Armé una pausa

Armé una pausa como otros
arman una causa

La pausa es esta
capciosa versificación
sin rima ni nada
grandioso

y que condescendientes
ustedes ahora
mi público
absteniéndose de conciliábulos

juzgarán.



Desde cuando fui

Desde cuando fui
el Recitador Escolar
implacablemente conmovedor
representante de mi sexto grado
ante una audiencia predispuesta
a los versos de inexorable tragedia gauchesca
de mi tío Gerónimo
retorno al escenario de ese éxito
-o fenómeno-
inesperado

Desde cuando fui
El Fotógrafo Cargado
con película sensible
y retrataba compañeras
de estudio, de trabajo
de mortalidad, de inmortalidad
conservo
además de los envases (Kodak, Fuyí)
de los rollitos
las entrañabilísimas
copias de contacto

Desde cuando fui
o pude haber sido
El Cirujano Poetón
conservo
-entre otros instrumentos-
el bisturí
al que eran tan afectos
-y con quien eran afectuosos-
mis Fantasmas.